miércoles, 13 de julio de 2011

“Si la ayuda y la salvación han de llegar, sólo puede ser a
través de los niños. Porque los niños son los creadores de la
humanidad”

María Montessori

María Montessori, Biografía.


María Montessori era una científica, y como tal, era una mujer práctica y comprometida con la búsqueda de la verdad. María Montessori fue la primera mujer en practicar medicina en Italia. De joven, sus padres la alentaron para que fuera maestra, la única carrera a la que tenían acceso las mujeres en esa época, pero ella se interesó primero por las matemáticas y luego por la biología. Se graduó de la Escuela de Medicina de la Universidad de Roma en 1896.
Como miembro de la Clínica Psiquiátrica de la universidad se interesó por la educación de los niños con retrasos mentales. Llegó a convencerse que aquellos niños internados en los asilos generales, mentalmente deficientes, podían beneficiarse con una educación especial, y viajó a Londres y a Paris para estudiar con dos pioneros en este campo: Jean Itard y Edouard Séguin.
En 1901 fue designada directora de una clínica psiquiátrica asociada a la Universidad de Roma dedicada al cuidado de niños con retrasos mentales. Allí puso en práctica sus teorías sobre el desarrollo y la educación del niño y logró lo que luego se conoció como el “primer milagro Montessori”: 8 niños del Instituto tomaron el examen oficial de aptitud en lectura y escritura para niños normales de su misma edad y lo pasaron con notas por encima del promedio. Este “milagro” que maravilló al mundo llevó, en cambio, a María Montessori a reflexionar sobre el estado de la educación general.

Esta convicción llevó a la Dra. Montessori a dedicarse al campo de la educación por el resto de su vida, convencida de que la educación se vería beneficiada por un enfoque científico. Con el fin de prepararse para su nuevo papel como educadora, regresó a la Universidad de Roma para estudiar filosofía, psicología, educación y antropología.
Las autoridades italianas responsables del sistema educativo vigente resistieron la visión radicalmente distinta de María Montessori y no le dieron acceso a las aulas de la escuela pública. La oportunidad de poner en práctica sus ideas llegó en 1907 cuando le ofrecieron tomar a su cargo una guardería de niños de entre 2 y 6 años en un complejo habitacional del barrio de San Lorenzo, un barrio muy pobre de Roma. La guardería se llamó “Casa dei Bambini”. Los niños con los que se encontró la Dra. Montessori venían de familias de bajos recursos, sin educación y sin apoyo familiar de ningún tipo.

Sin restricciones en cuanto a las actividades que debían realizar los niños, María Montessori preparó un ambiente limpio, espacioso, ordenado, luminoso y trajo materiales que usaba en sus trabajos de psicología experimental con el único objeto de observar la reacción de los niños. Los niños se encontraban bajo el cuidado de una señora que no era maestra y tenía instrucciones de la Dra. Montessori de no interferir en la actividad de los niños. La Dra. Montessori se comunicaba con ella diariamente y visitaba la guardería una vez por semana para hacer sus observaciones. Los niños trabajaban solos con los materiales, sin interferencia alguna durante el día, en un ambiente ordenado y limpio que contrastaba con su experiencia habitual en sus casas.


Lo más notable fue que en medio del abandono físico y afectivo, estos niños florecieron en salud “como si hubieran sido alimentados secretamente… Y eso es lo que sucedió… en su espíritu.” Los niños de la “Casa dei Bambini” comenzaron a escribir y a leer sin intervención directa de ningún adulto, trabajaban sin interrupción ni obligación y no necesitaban ser disciplinados por nadie. El cambio en el comportamiento de los niños se notó también en sus casas, donde los niños intentaron trasladar el ambiente ordenado y limpio que los hacía felices en la guardería. El éxito de la primera “escuela Montessori” despertó el interés por el Método Montessori en todo el mundo y se establecieron varias escuelas en distintos países. Ante este éxito, María Montessori dijo: “Aquel que quiera seguir mi método no debe honrarme a mí sino debe seguir al niño”.
En 1909 Maria Montessori publicó su primer libro basado en esta experiencia, “The Montessori Method” y comenzó una gira por el mundo difundiendo sus ideas y dando conferencias. En 1912 visitó los Estados Unidos, y en 1935 estuvo en Argentina. En 1929, María Montessori fundó la Association Montessori Internationale (AMI) para preservar la integridad de su legado. Durante el régimen de Mussolini, María Montessori se exilió en España y en 1936, ante la guerra civil española, se mudó a Holanda, donde viviría hasta su muerte. Su última visita a Italia fue en 1934, con motivo del cuarto Congreso Montessori en Roma. En 1939 fue invitada a la India, donde permaneció hasta el fin de la segunda guerra mundial. Durante este tiempo organizó varios cursos de entrenamiento en el Método Montessori que le dieron un fuerte impulso al movimiento en la India. En 1949 la Dra. Montessori volvió a Holanda. Durante los últimos años la “Educación
por la Paz” fue un principio fundamental en su trabajo. Murió en Holanda en 1952.

¿Qué es el método Montessori?


Mucha gente ha oído hablar del método Montessori, pero desconoce las innovaciones y contribuciones que realizó Maria Montessori y que a día de hoy siguen estando vigentes. Fue pionera en el estudio del aula y la importancia de la preparación de dicho entorno, al igual que en el desarrollo de materiales específicos adaptados a diferentes fases de desarrollo del niño.

Para facilitar el aprendizaje del niño ha de prestarse mucha atención a los detalles y la organización de la clase. Maria Montessori fue la primera en adaptar el mobiliario de los colegios a las dimensiones de los niños y creía que cualquier detalle, por pequeño que parezca, es importante: el tono de la voz del profesor, una disposición armoniosa del aula, la belleza del espacio, la presencia de flores naturales (que los propios niños colocan), el uso de materiales atractivos como la cerámica, el cristal y la madera se combinan todos para crear un ambiente sereno en el que el placer y el aprendizaje vayan de la mano.

Los educadores Montessori son los responsables de preparar un entorno que se adecue a las necesidades evolutivas de los niños. El educador observa al niño de cerca y lo guía hacia materiales que no resulten ni demasiado avanzados ni demasiado fáciles para el momento en que se encuentre. El ritmo de cada niño es primordial: nunca se le fuerza o retiene; nunca se le interrumpe o distrae; nunca se le juzga o compara a otro.

Los materiales se encuentran en estanterías bajas, permitiendo a los niños acceder a ellos libremente, siguiendo sus ritmos e intereses. Al trabajar con un material durante semanas o meses, el niño se hace consciente de su capacidad para solucionar problemas y completar tareas. Descubre en el proceso el placer por aprender.

La Casa de los Niños

a vez los materiales, sacándoles el máximo jugo y sus propias conclusiones sobre el mundo que les rodea. De 0 a 3 años, los niños son exploradores inconscientes de su entorno. De 3 a 6 años, entran en una exploración consciente del mismo.

En la Casa de los Niños se le otorga al niño y a la niña la libertad de elegir los materiales que más les interesen o fascinen en cada momento. Una vez el interés del niño cambia, puede libremente pasar a otra actividad. “Sólo le podemos dar a cada individuo la posibilidad de desarrollar su potencial para así convertirse en un ser humano autónomo, seguro de sí mismo y equilibrado.”

El educador y la educadora Montessori son sobre todo grandes observadores. Observan los intereses y necesidades individuales de cada niño y, gracias a su formación, son capaces de reconocer cuándo cada uno está listo para ser introducido a nuevas actividades o cuándo hay que dejarles que elaboren e integren su entorno individualmente, sin intervención directa alguna.

Los niños de 3 a 6 años están mezclados dentro de una misma clase. Esta configuración mixta de edades aporta una gran riqueza al ambiente. Los más pequeños tienen la oportunidad de inspirarse en los más mayores y de imitarlos. Los mayores integran mejor lo que ya saben al ayudar a los pequeños en sus actividades.

En un aula Montessori, los materiales invitan al niño a hacer esto a su propio ritmo, según sus ciclos e intereses. “La mano es el instrumento de la mente”, decía María Montessori, y vemos como este concepto se materializa al observar a los niños manipular una y otra vez.

La socialización en la Casa de los Niños

Nadie nace socializado. En la casa de los Niños, el niño empieza a aprender y a comprender la importancia de pedir las cosas de forma educada, de esperar su turno, de respetar el trabajo de otros, de cooperar con otros niños o adultos y de cuidar su entorno. El aula Montessori está especialmente diseñada para que el niño experimente su libertad dentro de un marco de límites claros que le otorgan una sensación de seguridad y estabilidad, en un entorno preparado con materiales muy atractivos. Los materiales están divididos en cuatro áreas principales: vida práctica, sensorial, lenguaje y matemáticas.

Vida práctica

Estos ejercicios ayudan al niño a desarrollar la motricidad fina y la coordinación. A través de estas actividades se propone un reto al niño pequeño y él va a repetir y repetir la actividad hasta superar la dificultad, aumentando cada vez más su capacidad de concentración. Al seguir secuencias regulares, las actividades permiten al niño captar la importancia de cada detalle en dicha secuencia.

Las actividades de vida práctica son las primeras que se introducen al niño a su llegada a la Casa de los Niños. Son actividades muy atractivas y que les resultan a menudo familiares- como abrir y cerrar cajas, botes, candados; verter de un recipiente a otro; lavar la mesa, trapos; abrochar y desabrochar corchetes, cremalleras, botones, lazadas… Todos los materiales están adaptados a la talla y fuerza de los niños, son verdaderos (de cristal, porcelana, madera…)- no de juguete- y son bonitos. Estos ejercicios ayudan al niño a adquirir mayor autonomía en su entorno, lo cual le dará una gran autoconfianza y así podrá desarrollar una sólida autoestima.

Sensorial

En el área de sensorial tenemos materiales que Maria Montessori diseñó específicamente para todos nuestros sentidos. Son lo que Montessori llamó “conceptos materializados”. El niño trabaja la discriminación de uno u otro sentido y explora sensaciones de color, peso, longitud, textura, sabor, olor, sonido y otras dimensiones. Mientras va afinando cada vez más su percepción sensorial, también sigue desarrollando su concentración y su apreciación de los detalles. En algunos materiales también existe la intención indirecta de preparación a fórmulas matemáticas- como el cubo del binomio, de trinomio y la tabla de Pitágoras- pero siempre desde un enfoque de puzzle sensorial, y nunca desde la explicación abstracta del teorema (a esto llegará el niño en la etapa de primaria).

Lenguaje

Las actividades de lenguaje responden a una necesidad básica de los niños a esta edad. Las canciones, poemas, rimas, cuentos e historias están muy presentes en el día a día de un entorno Montessori. El placer por enriquecer nuestro lenguaje está siempre vigente. Una peculiaridad de este enfoque pedagógico es que, en la Casa de los Niños, el niño aprende a escribir antes que a leer. Los niños llevan un largo tiempo analizando los sonidos de las letras que van reconociendo fonéticamente. Además del juego del análisis de sonidos, hay muchas otras actividades- tanto en vida práctica como en sensorial- que preparan indirectamente el brazo y la mano al gesto del trazado de las letras, y los dedos a la sujeción del lápiz. Los símbolos del lenguaje escrito se exploran sensorialmente en el aula: se ven, se tocan y se oyen. Cuando el niño está listo, tiene todas las herramientas necesarias para empezar a formar palabras y frases. La escritura está directamente relacionada con algo que se quiere comunicar. Ésta es la función primordial de la escritura, y así lo transmitimos al niño. Primero, los niños tienen la necesidad de comunicar lo que piensan, algo que quieren contar o un mensaje que le quieren escribir a alguien. La lectura- entendida como la curiosidad por saber lo que otros piensan, lo que otros quieren comunicar… llegará más tarde. Llegará cuando uno ya haya podido expresar lo propio. Siempre partimos de uno mismo para luego podernos abrir al otro.

Matemáticas

Mucho antes de que el educador introduzca al niño a las actividades en este área él ya ha vivido muchas sensaciones físicas de tamaño y cantidad (material sensorial) que se van impregnando en su memoria corporal. Todo nuestro sistema decimal está representado sensorialmente y el niño lo puede ver y tocar. Cuando el niño esté preparado e interesado, se le introduce a la suma, la resta, la multiplicación y la división. Siempre con material concreto que permite al niño vivir plenamente su etapa sensorial, sin obligarle a pasar prematuramente a la abstracción. Poco a poco, tras mucho trabajar con material concreto, el niño se va abriendo camino al cálculo mental de operaciones.

martes, 12 de julio de 2011

Finalidad de la educación


La finalidad de la educación en el método Montessori es lograr el desarrollo pleno e integral de la personalidad del niño, y de todas las dimensiones que le configuran como persona y le ayudan a la apertura y la relación con los otros. Por ello le da gran relevancia a la educación para la vida y la convivencia, considerando a la educación como una tarea personal, en la que el sujeto de la educación debe implicarse y sentirse protagonista. El alumno es el centro y el fin del proceso educativo, y el educador debe tener con cada educando una actitud cercana, de escucha y de atención a la vida.

En la pedagogía Montessoriana se educa para la vida. La filosofía Montessori es “Una Educación para la vida, en la formación de individuos preparados para vivir en sociedad”, además de ser transmisora de saber, de cultura y de socialización, también es un lugar de vida, y debe estar orientada y preparar para vivir y para convivir, de forma que a los alumnos se les entrene para la vida, para desarrollar su propio proyecto de vida y se les capacite para convivir construyendo unas relaciones con mayor densidad y calidad humana.

El rol del educador en la pedagogía Montessori es ser un guía cercano facilitador de los aprendizajes para los estudiantes que descarte las rutinas y las recetas, debe enseñar con amplio criterio a su vez debe ser observador un mediador, orientador e investigación de los aprendizajes. Mientras que el del alumno es de quien construye su propio conocimiento es el agente generador de su propio conocimiento participa como un agente activo y participativo en la enseñanza.

Supuesto de naturaleza del conocimiento

Para Montessori el conocimiento se fundamenta en la información sensorial este proceso del conocimiento se sustenta de dos fuerzas necesarias: la exterior que toca y la interior. En esta pedagogía se le da gran importancia a la actividad espiritual, pues sin ella los sentidos se vuelven inútiles. Por eso para Montessori desarrollar un buen conocimiento significa influenciar positivamente la moralidad y lo incentiva mediante el contacto del niño con la naturaleza , debido a que facilita el paso de la vida sensorial infantil a la vida social e intelectual se haría, en parte, gracias a la obra educativa de la misma naturaleza. Obviamente no se puede considerar, la educación montessoriana, como exclusivamente naturalista, puesto que también comprende una tendencia espiritual. Con Rousseau mantuvo sus diferencias así como algunas coincidencias.

Conceptualización de sociedad Según la pedagogía Montessoriana


M, Montessori es una defensora acérrima de la conformación de una reforma social que sea constructiva. Es por esto que Montessori dice que “para tener una nueva sociedad un nuevo hombre debe ser formado” de esta manera enfatiza la importancia de una buena educación que sea en pro del bien común y se base en la justicia y el amor una buena educación que se aleje de buscar satisfacer los propios intereses puede terminar con una sociedad individualista, es por ello que Montessori propone a los docentes a formar al niño como un constructor de la humanidad
Montessori plantea que el niño ocupa un papel secundario que es visto por los adultos como un ser débil, sin prioridades, pero para Montessori es el futuro creador de la sociedad, por lo tanto se lo debe formar como tal, creyendo en sus capacidades y educando en torno a la paz, para que quienes estén a cargo del mundo en el futuro no cometan los grandes errores, como el periodo post guerra en la que se sitúa la escuela nueva. Y volviendo a retomar lo dicho anteriormente Es labor del educador educar a los niños por la paz. Educar es responder al otro, se educa por el otro que sufre, es por esto que la paz es la mejor opción a la hora de formar personas.
La pedagogía Montessoriana aboga por la paz como una herramienta fundamental en la reconstrucción de la sociedad humana. La armonía social pacífica no puede estar fundada solamente el hombre mismo, sino en toda la sociedad.

Principios filosóficos de la pedagogía Montessori


La pedagogía montessoriana el sujetos es visto de manera singular. Es por esto que Montessori le da un importante reconocimiento al principio de individualización esto surge a partir de una serie de investigaciones de la época, investigaciones relacionadas con la psicología del niños y que finalmente contribuyeron a la difusión de la enseñanza individualizada.
M. Montessori evidenció que el niño y el adulto son psicológicamente diferentes, y con esto se refiera a la imposibilidad de que vivan en las mismas condiciones. De esta manera destaca la singularidad del niño y propone al adulto a involucrarse en los problemas psicológicos propios del niño y lo convenció de la necesidad de construirle un ambiente que corresponda a sus dimensiones y a sus necesidades.

Escuela Nueva


La escuela nueva, también es conocida como la escuela activa, este es un movimiento pedagógico reformador que surgió a partir del siglo XIX en Europa y Estados Unidos y tuvo como contexto social la industrialización así como también la primera y la segunda guerra mundial por eso este movimiento piensa en la educación como un instrumento de paz, para formar en la solidaridad y en la cooperación y donde la enseñanza pasa a ser vista como un importante instrumento de construcción política y social.
La escuela nueva llega para criticar a la escuela tradicional en la cual al papel del profesor, la faltaba interactividad y le sobraba formalismo, se presentaba como un personaje alejado y autoritario para los estudiantes. En la escuela tradicional se le daba mucha importancia a la memorización al aprendizaje intelectualista y libresco. En cambio la escuela nueva viene para darle construcción y significado a la enseñanza, entregándole un sentido vivo y activo, en esta escuela se pretende preparar al alumno para la vida y familiarizarse con el medio social por eso que en ella se pretende que no sea un medio artificial separada de la vida, la escuela debe ser un pequeño mundo real práctico donde debe predominar la espontaneidad, la autonomía y la autoactividad.
Autores como Ovide Decroly, María Montessori, Célestin Freinet, las Hermanas Agazzi, Andrés Manjón o Giner de los Ríos se convirtieron en sus máximos exponentes hasta la década de los años 1930 en el Siglo XX, cuando el auge de los totalitarismos y finalmente el temor al comunismo llevaron al olvido estas ideas

Montessori




“El camino de la educación debe seguir el camino de la evolución: caminar y mirar siempre más lejos de modo que la vida del niño se enriquezca cada vez más”. María Montessori


María Montessori fue una mujer especial en su época, que contribuyó a pensar las pedagogías educativas del momento desde otra dimensión, hizo lo que llamamos una revolución educativa, cambió conceptos e introdujo otras formas de concebir la educación, su método unió la pedagogía, la psicología, la sociología, filosofía y la teología y logró un nuevo avance en la educación. El pensamiento pedagógico de María Montessori forma parte del llamado Movimiento de la Escuela Nueva.

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